I
ACOSTARSE EN
VERANO
En invierno es de noche al levantarme
y a la luz de una vela he de lavarme.
En cambio en verano ¡qué manía!
me tengo que acostar cuando es de día.
Y puedo ver, mientras voy a la cama,
los pájaros que saltan en la rama,
y puedo oír los pasos de la gente
que pasa por la calle, indiferente.
¿No os parece duro y algo raro
que mientras está el cielo azul y claro
y yo aún tengo ganas de jugar
y
es de día, me tenga que acostar?