III- MI REINO


III

 MI REINO

Yo di con una cañada
junto a un claro manantial,
que era como yo de alta.
Crecía el brezo y los tojos,
y en verano florecía,
unos gualdas y otros rojos.

Le llamé mar al remanso;
los cerros me superaban,
porque yo soy más bien bajo.
Construí un montón de cuevas
y a todas les puse nombre.

Todo aquel mundo era mío, 
los gorriones en el cielo
y los peces en el río.
Yo era el rey de todo aquello,
del zumbar de las abejas,
del vuelo de los vencejos.

No había mares más hondos
ni llanuras más extensas,
ni más reyes que yo solo.
Hasta que escuché a mi madre
llamándome a merendar
cuando caía la tarde.

Y allí dejé mi cañada
y mi claro manantial
con sus flores y enramadas,
y entré en casa, y era enorme
mi niñera, ¡y gigantescas
las frías habitaciones!