IV- SOL DE VERANO


IV

SOL DE VERANO

Poderoso es el sol, y avanza sin parar
por el cielo vacío, sin descansar jamás;
y en los días azules, claros y despejados,
supera a la de agua la lluvia de sus rayos.

Aunque cerremos fuerte ventanas y postigos
para que se mantenga el frescor del pasillo,
él acaba encontrando siempre algún agujero
y se cuela por él con sus dorados dedos.

O pro la cerradura pasa y hace brillar
la telaraña llena de polvo en el desván,
y a través de los huecos de la hilera de tilos
le sonríe al henil y a sus mil escondrijos.

Mientras está en lo alto, con su cara dorada
controla pro completo lo que en el jardín pasa
y su mirada cálida y brillante  penetra
hasta el más escondido rincón que hay en la hiedra.

Saltando las colinas por el azul del cielo,
cruzando el aire nítido con su  paso certero,
para gustar al niño, para pintar la rosa,
jardinero del mundo, el sol nunca reposa.