VI- A CUALQUIER LECTOR


VI

 A CUALQUIER LECTOR

Como te ve tu madre desde casa
jugando en el jardín entre los árboles,
tú puedes ver, si miras con cuidado
por las ventanas que este libro abre
a otro niño jugando lejos, lejos,
en su jardín mientras la tarde cae.
No vayas a pensar que pueda oírte
si le llamas golpeando los cristales;
está muy ocupado con sus juegos,
no hay nada más que pueda interesarle.
No te va a oír; tampoco puede verte,
ni de este libro lograrás que salte.
Pues hace mucho que, a decir verdad,
se hizo mayor y se marchó a la calle.
Y aunque siga jugando en el jardín,
ahora ya no es más que un niño de aire.

FIN