XLI
PASO DEL NOROESTE
3 LLEGANDO A PUERTO
Por fin llego con pasos cautelosos
hasta la habitación donde reposo;
vienen frío y tinieblas a colarse
en mi cuarto templado y agradable.
Pero allí, a salvo ya, doy media vuelta
para echar a las sombras que se acercan,
cierro la puerta y dejo al otro lado
todos esos peligros que he pasado.
Después vendrá mamá al ir a acostarse,
de puntillas, como suele acercarse,
y me verá tapado y calentito
y durmiendo por fin como un bendito.