XXI- ESCAPADA A LA HORA DE DORMIR


XXI

ESCAPADA A LA HORA DE DORMIR

Brillaban las luces dentro de la casa
tras las celosías y los ventanales
y arriba en lo alto y por todas partes
miles de millones de estrellas brillaban.
Tantos miles de hojas nunca un árbol tuvo 
ni a la iglesia fueron nunca gentes tantas
como las estrellas que me contemplaban
todas titilando, luciendo en lo oscuro.

El Can, y el Centauro, y la Osa, y aquellas
que señala el Norte- también Marte estaba- 
brillaban muy altas; y, junto a la casa, 
un barreño lleno de agua con estrellas.

Pero me encontraron y me regañaron,
y me vi metido en la cama pronto;
aunque aún relucía la gloria en mis ojos
y aún en mi cabeza giraban los astros.