XXXII- LA LUNA


XXXII

 LA LUNA 

Tiene la misma cara que el reloj del salón; 
ilumina la tapia cuando salta el ladrón,
las calles y los campos y los muelles del puerto,
y el pájaro que duerme en el árbol del huerto.

Al gato cazador  y al ratón que es su caza,
al perrazo que aúlla a la puerta de casa,
al dormilón murciélago, que de día se acuna,
les encanta moverse a la luz de la luna.

Pero todos los seres que llamamos diurnos 
procuran evitar sus efluvios nocturnos;
y así flores y niños se ponen a dormir
hasta que ya es de día y el sol vuelve a salir.